jueves, 5 de marzo de 2009

LARRETXIPI Y LARREANDI.-

Dos topónimos del euskera navarro de Irún .

El primero se conserva, sin contracción ni corrupción y corresponde a la calle de este nombre, que se inicia desde la calle Jesús hasta la plaza de Urdanibia ( La alameda).

En 1.970 en un documento ante el notario D.Santhiago Martinez, el presbítero D.Juan Bauptista de Aguirre, en visita ocular a las Feligresías Parroquiales contabiliza en la calle Larretxipi un total de 41 casas, en las que residen “280 personas, de las cuales hay 177 de comunión y el resto de confesión, párvulos y ausentes”. En esa época las casas tenían nombre en lugar de número, todavía no existía el Registro de la Propiedad que se creó hacia 1.865. Muchas de estas casas, aunque han sido varias veces transmitidas y reformadas, además del número de la calle, en sus actuales títulos de propiedad, conservan su nombre.

En el documento a que hacemos referencia vemos los nombres de Cantoya, Churiconea, Papironea, Achuenea 1ª, Achuenea 2ª, Ferminenea, Almandozenea, Zamora, Francisco Antonio Gastelumendi 1ª, Pedro Gastelumendi 2ª, Casanueva de Ernautenea, Zaldías, Chominenea, Ansarena, Echagoyen, Albistur, Lecuenea, Olazábal, Garroenea, Porruenea, Sueltonea, Sarrenea, Anaconda, Amonchenea, Bidarray, Chanoarichena, Andoizenea, Domequenea de arriba, Domequenea de avajo, Apuntenea. Se incluyen en esta calle, el molino de Santa Elena, casa de Santa Elena, Arguiñenea, Aurbes y molino de Aurbes (Este nombre se ha contraído en nuestros días y ahora lo conocemos como Arbes). (Hemos respetado la ortografía del documento).

Entrada natural al centro de Irún desde Behobia, esta calle contempló la llegada de ilustres viajeros.

Stendhal , el 17 de Abril de l.838, salió de madrugada de Bayona en diligencia y llegó a la frontera a las once y media. En Behobia no había coche alguno y vino a pie, con un tiempo infernal de lluvia y viento “que no me permitía abrir el paraguas”; a la derecha del puente de madera vió la isla de los Faisanes “donde Luis XIV vino a casarse” “Esta isla no tiene cien pies de largo ni tiene árbol alguno” .Después de caminar media hora llegó a Larretxipi y encontró sus casas destartaladas y llenas de agujeros de metralla. La posada en la que se albergó estaba en frente del “petit palace” -el ayuntamiento- ,que le impresionó por su belleza.

Théophile Gautier nos visitó en 1.840 y se sorprendió al ver que las mujeres
“pasan el día en balcones que tienen en su centro unos toldos de rayas, dejando los laterales abiertos para que circule el aire”.

VictorHugo, niño (1.812) recuerda su primera impresión de Irún con sus calles estrechas y sus casas oscuras con balcones de madera y puertas de fortaleza y en su segundo viaje al Pais Vasco, ya en edad adulta 1.843 dice que Irún ya no es Irun,que ha perdido su fisonomía.

Luis de Uranzu en su artículo “Divagando en la calle de Larrechipi” de El Bidasoa, nos dice “Esta calle antiguamente era una de las principales arterias de Irun”. “En ella radicaban acreditados establecimientos y la industria, pequeña pero de inmejorable calidad estaba representada por Elgorriaga, actualmente el mayor productor de chocolate de España; Teodoro Picabea, cuyo famoso anisete logró alcanzar gran renombre y un fabricante de “chiribitas” y derivados de la cera que surtía a todo Irún cuando aún Edison ni había soñado con su lámpara eléctrica.”

En la década de los 40, la calle tenía en su lado derecho y de arriba abajo, las tiendas de Marticorena, Bereciartúa, una amuebladora llamada “La ciudad de Irún”, Silguero, Arróspide, Magdalena Vda.deLarrañaga, las peluquerías Santa Marta y Zuazua, el almacén de vinos de Arzac(en el portalón),el bar de Arróspide, la sidrería con su lagar,el bar de la Juliana con su billar y terminando la calle la taberna casa Pello. Dando la vuelta y de abajo arriba la taberna de Goiburu, más tarde afamada por sus chuletas, la carnicería de Larrea, la tienda de Gabriela Berasategui, la sidrería de Olaizola, la tienda de calzados de Pombo, la marmolería de Celaya,un taller de reparacion de calzado, el bar Ochagabia (Alcanadre), la carpintería de Serrano, la sociedad de Cazadores y Pescadores del Bidasoa y terminando la calle una tienda de alpargatas,cuyo dueño, propietario de varias casas, tenía fama de usurero y era o nos parecía un personaje siniestro.

La casa Kantoia, que como su nombre indica, está en el cantón esquina de la calle, tiene su pequeña historia .Por su posición ,en setiembre de 1.873 fue ocupada en la guerra carlista por un cuerpo de guardia de las puertas del recinto fortificado , hasta la terminación de la guerra , devengando una renta de 1.733,75 Ptas. además de la indemnización por daños en el edificio por un importe de 12.368 Ptas. “que ha ganado dicha casa durante el tiempo que ha estado a cargo del ramo de guerra con intervención de D.Manuel Baltas y Gómez, Comandante graduado Capitán del 2º Batallón del regimiento de Cuenca” según documento de 5 de Diciembre de 1.876 suscrito por el Comandante Militar Arana y el propietario D. Juan José de Camino”.

Sugiero el nombre de Kantoia para la futura plaza o jardin que según el nuevo Plan va a ubicarse junto a la casa.

El segundo topónimo, es el del caserío Larreandi (1)

En el documento eclesiástico a que hemos hecho referencia, se halla relacionada en la calle Contracale y sus moradores son “ 10 personas de comunión, 1 de de confesión y 2 ausentes”.En un documento del Ayuntamiento de 1.910 titulado “ Rotulación y numeración de los caseríos existentes en la parte rural” se cita a Larreandi en el barrio de Lapice-Lapizko Etxadía siendo su propietaria Doña Lucila Spinelli (2). En 1.986 en un documento de las Normas Subsidiarias de Planeamiento, se le denomina Larreaundi y se le incluye en el barrio Olaberría. Antonio Aramburu en su libro “Los barrios de Irún” editado por L.U.K.T. nos dice que es un error que se incluya Larreandi en el barrio Olaberria.

Nosotros los “Larretxipitarras” siempre hemos dicho Larrendi , por contracción, como ocurre con la mayoría de los nombres de los caseríos en cuanto pasan de dos sílabas. Los chavales de mi generación ,tenían como deporte favorito “ir a robar manzanas a Larrendi”, volvían de su excursión con la “kolkua” llena, cual flotador dentro de la camisa. Más de uno recordará haber recibido un tiro de sal, disparado por algún “morroi” del caserío, entonces habitado por la familia Iribarren. El casi único coche que pasaba por nuestra calle era el del arquitecto Iribarren , cuya esposa, bellísima y espectacular – una especie de María Félix de las películas mejicanas- era para nosotros la “señorita de Larrendi”. En la misma finca, en una casita aneja tuvo su estudio el pintor Enrique Albizu.

¿No debería recuperarse el primitivo topónimo de Larreandi?.

Josefa María Setién.

(1) Este es el nombre que figura en su escudo.
(2) Doña Lucila Spinelli de Souza, rica propietaria que además del caserío Larreandi poseía en Irún en 1.910, los caseríos Igiñiz; Lerabide; Labekoetxea; Bekoerrota; Aranea e Ibargoien en Meaka, Iparraguirre y Olaketa en Lapice y Arizmendi en Anaka.

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